Publicado en El País
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/08/27/actualidad/1346103536_240611.html
La actriz Aurora Bautista, quien fuera uno de los rostros más
conocidos del cine durante el franquismo, falleció ayer a las 10 de la
noche en Madrid a consecuencia de una infección, según informaron a la
agencia Efe fuentes de la familia.
Hija de un republicano, Aurora Bautista (Villanueva de los Infantes, Valladolid, 1925) fue la actriz más popular y solicitada de los primeros años cincuenta para películas históricas muy propias del franquismo. Su papel de Juana la Loca, a las órdenes de Juan de Orduña en Locura de amor, le convirtió en la actriz más famosa de España.
Después del éxito obtenido en Locura de amor la productora Cifesa la contrató en exclusiva por tres años para hacer dos películas anuales, aunque, finalmente, solo se rodaron dos en ese espacio de tiempo, Pequeñeces (1949) y Agustina de Aragón (1950), ambas de Juan de Orduña. Durante ese periodo también se dedicó al teatro, interpretando una obra de Molière y El burlador de Sevilla. En 1953 volvió al cine en el film Condenados, dirigida por Mur Oti, a la que siguieron La gata (1955), pionera en España en el uso del eastmancolor y dirigida por Margarita Alexandre y Rafael Torrecilla, y El marido (1956), junto a Alberto Sordi. En 1958 intepretó Hay alguien detrás de la puerta, de Dimichelli, que tardó siete años en estrenarse en Madrid. Y en 1959, tras la renuncia de Lucía Bosé, trabajó a las órdenes de Juan Antonio Bardem en Sonatas.
En 1961 volvió a ser dirigida por Juan de Orduña en Teresa de Jesús y tres años más tarde haría la película que muchos críticos consideran su trabajo más importante: La tía tula, el primer largometraje dirigido por Miguel Picazo. Nunca se alejó de las tablas y de los focos: estrenó obras de Mario Vargas Llosa –La señorita Tacna- y de Arrabal, hizo series de televisión, como Cómicos e incluso aparece en la película de culto por antonomasia del cine español, Amanece que no es poco, de José Luis Cuerda.
“¿Recuerda aún su famosa frase?”, le preguntó Vicente Molina Foix en una entrevista en este diario en 1995 sobre su papel de Juan la Loca en Locura de amor. "No le despertéis. El rey está dormido", respondió la actriz. “Y también me acuerdo de la escena de la entrada en la catedral, cuando van diciendo todos los títulos de la reina Juana; el día de ese rodaje me quemé las yemas de los dedos del frío que hacía, y se tuvo que parar el rodaje para ponerme alcohol en las manos. Yo estaba muy mimada por todo el equipo; hasta los eléctricos se acercaron a preocuparse por mis dedos. Y luego los vi emocionados en la escena de la locura, cuando yo digo que prefiero estar loca a saber que mi marido me engaña. En esa película yo fui como una niña con bula”.
“Han hecho bien los actores en reconocer en sus premios anuales a esta actriz como cómica ejemplar, historia viva de un país cuyos vaivenes han coincidido a veces con los que ella misma ha ido dando, a pesar de los cuales ha mantenido siempre el tipo”, escribió Diego Galán hace dos años, cuando fue premiada por su gremio. “Doña Aurora, legendaria Juana la Loca, Teresa de Jesús en una película que la censura destrozó, y sobre todo, entrañable y desgraciada tía Tula, sigue viva en el recuerdo del cine español, a pesar de sus excesos hiperdramáticos, o precisamente gracias a ellos, y por su posición valiente y arriesgada cuando la ocasión lo ha requerido”.
Hija de un republicano, Aurora Bautista (Villanueva de los Infantes, Valladolid, 1925) fue la actriz más popular y solicitada de los primeros años cincuenta para películas históricas muy propias del franquismo. Su papel de Juana la Loca, a las órdenes de Juan de Orduña en Locura de amor, le convirtió en la actriz más famosa de España.
Después del éxito obtenido en Locura de amor la productora Cifesa la contrató en exclusiva por tres años para hacer dos películas anuales, aunque, finalmente, solo se rodaron dos en ese espacio de tiempo, Pequeñeces (1949) y Agustina de Aragón (1950), ambas de Juan de Orduña. Durante ese periodo también se dedicó al teatro, interpretando una obra de Molière y El burlador de Sevilla. En 1953 volvió al cine en el film Condenados, dirigida por Mur Oti, a la que siguieron La gata (1955), pionera en España en el uso del eastmancolor y dirigida por Margarita Alexandre y Rafael Torrecilla, y El marido (1956), junto a Alberto Sordi. En 1958 intepretó Hay alguien detrás de la puerta, de Dimichelli, que tardó siete años en estrenarse en Madrid. Y en 1959, tras la renuncia de Lucía Bosé, trabajó a las órdenes de Juan Antonio Bardem en Sonatas.
En 1961 volvió a ser dirigida por Juan de Orduña en Teresa de Jesús y tres años más tarde haría la película que muchos críticos consideran su trabajo más importante: La tía tula, el primer largometraje dirigido por Miguel Picazo. Nunca se alejó de las tablas y de los focos: estrenó obras de Mario Vargas Llosa –La señorita Tacna- y de Arrabal, hizo series de televisión, como Cómicos e incluso aparece en la película de culto por antonomasia del cine español, Amanece que no es poco, de José Luis Cuerda.
“¿Recuerda aún su famosa frase?”, le preguntó Vicente Molina Foix en una entrevista en este diario en 1995 sobre su papel de Juan la Loca en Locura de amor. "No le despertéis. El rey está dormido", respondió la actriz. “Y también me acuerdo de la escena de la entrada en la catedral, cuando van diciendo todos los títulos de la reina Juana; el día de ese rodaje me quemé las yemas de los dedos del frío que hacía, y se tuvo que parar el rodaje para ponerme alcohol en las manos. Yo estaba muy mimada por todo el equipo; hasta los eléctricos se acercaron a preocuparse por mis dedos. Y luego los vi emocionados en la escena de la locura, cuando yo digo que prefiero estar loca a saber que mi marido me engaña. En esa película yo fui como una niña con bula”.
“Han hecho bien los actores en reconocer en sus premios anuales a esta actriz como cómica ejemplar, historia viva de un país cuyos vaivenes han coincidido a veces con los que ella misma ha ido dando, a pesar de los cuales ha mantenido siempre el tipo”, escribió Diego Galán hace dos años, cuando fue premiada por su gremio. “Doña Aurora, legendaria Juana la Loca, Teresa de Jesús en una película que la censura destrozó, y sobre todo, entrañable y desgraciada tía Tula, sigue viva en el recuerdo del cine español, a pesar de sus excesos hiperdramáticos, o precisamente gracias a ellos, y por su posición valiente y arriesgada cuando la ocasión lo ha requerido”.
